Publicado on Mar 6, 2017
Laurie K. Twells, epidemióloga clínica de la Universidad Memorial de Terranova (Canadá) afirma que «La cirugía bariátrica probablemente sea la intervención más efectiva que tenemos en la atención médica”. Twells tiene una amplia experiencia con pacientes gravemente obesos y se apoya en los mejores estudios que se han hecho sobre este campo, y que demuestran que la cirugía para perder peso puede revertir los efectos nocivos en la salud y la calidad de vida que tiene la obesidad mórbida. “No me he topado todavía con ningún paciente al que no se la recomendaría”, comentó Twells en entrevista. “La mayoría dice que hubieran querido practicársela diez años antes.” Explicó que la abrumadora mayoría de los pacientes que se someten a cirugía bariátrica han pasado muchos años tratando infructuosamente de perder peso y mantenerse así. Y la razón no es la falta de fuerza de voluntad. “El peso que necesitaron dos años para perder generalmente regresa en dos meses”, asegura, muchas veces porque un cuerpo acostumbrado por mucho tiempo a estar obeso se defiende contra la pérdida de peso reduciendo notablemente su ritmo metabólico, efecto que no se presenta con la cirugía bariátrica, que cambia de manera permanente el contorno del sistema digestivo. Tras revisar estudios que siguieron a pacientes durante cinco hasta veinticinco años después de la cirugía de obesidad, Twells y sus colegas encontraron importantes y duraderos beneficios en la salud y la calidad de vida de los pacientes. En comparación con pacientes equivalentes que no se sometieron a cirugía, los que sí se operaron estaban mucho mejor en lo físico, lo emocional y lo social. Se consideraban más saludables y tenían menos probabilidades de reportar problemas de movilidad, dolor, actividades cotidianas y sentimientos de depresión y ansiedad, entre otros factores que pueden afectar al bienestar. Pero también son importantes los innegables beneficios médicos de la pérdida de peso inducida quirúrgicamente. Entre otros, podemos señalar la normalización del azúcar en la sangre, la presión arterial y el nivel de lípidos sanguíneos, además de curar la apnea de sueño. Aunque la cirugía bariátrica no cura la diabetes tipo 2, casi siempre hace que la enfermedad entre en remisión y frena o impide los daños que causa al corazón y los vasos sanguíneos, que pueden causar la muerte. Aun entre el pequeño porcentaje de pacientes que acabaron perdiendo poco peso después de la cirugía, hubo beneficios metabólicos significativos y duraderos, según los hallazgos de la Clínica Cleveland. En un estudio de 31 pacientes obesos y diabéticos que no habían perdido mucho sobrepeso de cinco a nueve años después de la cirugía, una “modesta” pérdida de peso de solo el 5 al 10 por ciento permitió una reducción de factores de riesgo cardiovasculares y anormalidades en el azúcar de la sangre, como reportaron el Dr. Stacy Brethauer y sus colegas. En el caso de las dos técnicas quirúrgicas más empleadas –el desvío...
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Publicado on Feb 5, 2017
En España los datos son preocupantes: el 26,2% de los niños entre seis y nueve años tiene sobrepeso y el 18,3% son obesos. A partir de 7 años, el problema aumenta aún más. La bollería industrial, uno de los culpables principales. La bollería es el segundo alimento que más toman los niños. El pescado, recomendado en mucha mayor medida, lo comen a diario solo un 5%. El Confidencial Uno de los motivos puede ser el poco tiempo que los adultos tienen para encargarse de comprar y cocinar, con padre y madre trabajando a jornada completa en muchos casos. Las familias uniparentales o de padres separados, cada vez más frecuentes, complican también el presupuesto para comida, y ayudan a caer en círculos viciosos. Superados y con miedo a no satisfacer las necesidades de los hijos, los padres tienen problemas para negarles un capricho dulce o un premio en forma de aperitivo aceitoso en el rato en que sí disfrutan de su compañía. Desayunar bollos El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, a través de la Estrategia Naos (Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad), coordinada por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), ha presentado el estudio Aladino para vigilar el «crecimiento, alimentación, actividad física, desarrollo infantil y obesidad» en 2015, y la industria de la bollería sale muy mal parada. Para recabar los datos han contado con la colaboración de administraciones públicas de educación y sanidad de las comunidades autónomas, colegios, directores y profesores, asociaciones de padres y familias, y han usado datos de 10.899 niños en total. Han comprobado que, tras muchos años de tendencia creciente (más prevalencia de la obesidad cada vez), la situación empieza a invertirse en el rango de los seis a los nueve años de edad, como se ha observado en otros países. Estas edades son críticas, y se presta especial atención a ellas porque, como puso de manifiesto la iniciativa COSI («WHO European Childhood Obesity Surveillance Iniciative»), a la que España se adhirió desde el principio, en esta etapa los posibles cambios debidos a la pubertad son mínimos, de forma que los datos son más útiles para buscar patrones generales y valorar cómo intervenir para prevenir la obesidad y educar en los mejores hábitos de vida para su futuro. Entre los factores de riesgo de la obesidad infantil, tener ordenador en la habitación, dormir poco y pocos ingresos y/o educación de los padres. Se han tenido en cuenta peso y medidas, respuestas a cuestionarios en colegios y casas y se ha hecho un análisis estadístico, teniendo en cuenta también datos de los niños nada más nacer y de su primer año de vida. Las medidas a favor de la lactancia materna, con formación en hospitales, talleres públicos y sobre todo el consejo directo de matronas y pediatras, han hecho que sean ya un 76% de familias del estudio...
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Publicado on Dic 18, 2016
A la luz de los resultados de esta investigación, el objetivo de las intervenciones con las personas con sobrepeso, que muestran una alta motivación ante cualquier tipo de estímulo, podría ir encaminado a disminuir esta reactividad general, según explican los autores. UGRdivulga El sistema de recompensa cerebral de las personas obesas muestra una mayor activación ante un estímulo de comida que ante una recompensa económica, según un estudio de la Universidad de Granada que ha empleado técnicas de resonancia magnética. Científicos del Centro Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC) de la Universidad de Granada han empleado una técnica de resonancia magnética funcional para evaluar el comportamiento del circuito de recompensa cerebral en personas con obesidad, sobrepeso y peso normal, mientras realizaban tareas relacionadas con alimentos y dinero. El trabajo ha sido publicado en la revista Human Brain Mapping. Es bien conocido que cuando las personas con exceso de peso observan imágenes de alimentos con altos contenidos en grasas y azúcar, presentan una mayor activación del circuito de recompensa cerebral. Pero hasta ahora, poco se sabía sobre si otro tipo de estímulos más genéricos, como puede ser el dinero, también provocaba el mismo efecto en este tipo de población. Para llevar a cabo esta investigación, sus autores trabajaron con una muestra formada por 21 adultos con obesidad, 21 con sobrepeso y 39 con un peso normal. A todos ellos se les presentaron una serie de imágenes de comida, algunas más apetitosas que otras (por ejemplo, hamburguesa y fruta), y se les preguntaba cuánto dinero estarían dispuestos a pagar por ella. También se les realizó una prueba en la que debían apretar un botón cuando vieran aparecer una estrella en la pantalla, y se les avisaba de que si acertaban recibirían una recompensa de dos, cinco o 10 euros. Los resultados obtenidos han replicado otros estudios previos, y muestran que un mayor índice de masa corporal (IMC) se relaciona con una mayor actividad del circuito de recompensa cerebral al observar imágenes de comida con altas cantidades de azúcares o grasas. Un mayor indice de masa corporal se relaciona con más actividad del circuito de recompensa al observar imágenes de comida con alto contenido de grasas y azúcares Por el contrario, durante la realización de la tarea donde se podía obtener dinero, las personas con sobrepeso, y no con obesidad, son las que presentan una mayor activación del circuito de recompensa. Cuando se alcanza un determinado umbral, entre valores de IMC de 27 y 32, se produce una disminución en la reactividad evocada por la expectativa de obtener el dinero, mostrando las personas con obesidad patrones neuronales similares a las personas con peso normal. Otro tipo de estímulos “Estos resultados apuntan hacia la necesidad de ampliar el objetivo de las intervenciones más allá de la reacción cerebral que puede provocar la comida, incluyendo otro tipo de estímulos. Además, sería adecuado realizar...
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Publicado on Nov 22, 2016
Terra – Vidayestilo A tanto ha llegado el alarmante aumento de obesidad y diabetes y su impacto en las personas, que numerosos médicos especialistas han ido acuñando un nuevo término para referirse a la unión de diabetes y obesidad, denominando la presencia de ambas condiciones como diabesidad. Este nuevo escenario plantea la urgente necesidad de ir buscando métodos que permitan tratar estas patologías en su conjunto. Cirugía Bariátrica La Dra. Sylvia Fischer, endocrinóloga del Centro de Obesidad y Enfermedades Metabólicas de Clínica Reñaca (Chile), comenta que aproximadamente el 90% de los diabéticos tipo 2, es decir, productores de insulina, tienen sobrepeso u obesidad. «Tanto la diabetes como la obesidad han cobrado la vida de millones de la personas en todo el mundo. La diabesidad ha sido considerada como una epidemia global, además de una de las causas de enfermedades cardíacas, cáncer y muerte prematura». La especialista detalla que en Chile, según la Encuesta Nacional de Salud 2010, la prevalencia de sobrepeso y obesidad es del 67% de la población, siendo el principal factor de riesgo para desarrollar diabetes tipo 2. «La diabetes mellitus es una enfermedad poligénica, es decir, que en ella intervienen varios genes, siendo además multifactorial, al verse afectada también por factores ambientales. La parte genética no la podemos modificar por el momento, pero sí podemos controlar los factores que son capaces de desencadenarla, como la obesidad y el sedentarismo, entre otros» , señala la especialista, quien destaca que «la cirugía bariátrica, al reducir el peso corporal y producir cambios en la secreción de varios péptidos intestinales, es una excelente opción de tratamiento de la diabetes mellitus 2 en determinados pacientes, demostrándose que más del 70% de los diabéticos obesos dejan de requerir medicamentos luego de la cirugía». El Dr. Jaime Guzmán, cirujano coordinador del Centro de Obesidad de Clínica Reñaca, expone que en el año 2011 la Federación Internacional de Diabetes (FID) recomendó la cirugía bariátrica (conjunto de intervenciones quirúrgicas empleados para tratar la obesidad), como un tratamiento adecuado para grupos seleccionados de pacientes con diabetes tipo 2, que a su vez presentan sobrepeso u obesidad (índice de masa corporal de 35 o más), ayudando a controlar el peso y el nivel de la glucosa en la sangre, además de reducir las graves complicaciones de estas enfermedades, como la hipertensión arterial y el colesterol alto. «Por primera vez las cirugías de la obesidad no están teniendo como fin principal la baja de peso, sino el control de enfermedades metabólicas crónicas como la diabetes tipo 2. En pacientes diabéticos, en casos bien seleccionados, puede haber resultados favorables y hablar de remisión de la condición» , dijo el Dr. Guzmán, quien mencionó que dentro de los procedimientos quirúrgicos para pacientes con estas condiciones está la gastrectomía en manga y el bypass gástrico. Fuente: Terra ¿Te ha gustado este artículo? Dale al “Me gusta” o escríbenos tu...
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Publicado on Oct 18, 2016
La diabetes tipo 2, sólo por su lado, ya aumenta hasta 2,61 veces las probabilidades de producirse un cáncer hepático, según un estudio publicado en Cancer Research Lainformacion.com / EP El índice de masa corporal (IMC) elevado, el aumento de la circunferencia de la cintura y la diabetes mellitus tipo 2 se asocian con un mayor riesgo de cáncer de hígado en un gran estudio de cohorte prospectivo, según concluye un estudio que se publica en ‘Cancer Research’, una revista de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer. «Las tasas de cáncer de hígado se han casi triplicado en Estados Unidos desde mediados de la década de 1970 y el pronóstico para los pacientes diagnosticados con este tipo de cáncer es especialmente sombrío», afirma uno de los investigadores, Peter Campbell, director estratégico de Investigación del Cáncer del Aparato Digestivo en la Sociedad Americana del Cáncer Por ello, el equipo, formado también por Katherine A. McGlynn, investigadora principal en la Subdirección de Epidemiología Metabólica en el Instituto Nacional del Cáncer, estudió si la obesidad, medida por el IMC y la circunferencia de la cintura, y la diabetes mellitus tipo 2 –una enfermedad relacionada con la obesidad– están vinculadas con el riesgo de cáncer de hígado en una muestra combinada de 14 estudios diferentes de adultos de Estados Unidos. En concreto, Campbell y sus colegas combinaron datos de 1,57 millones de adultos inscritos en 14 estudios prospectivos. Al inicio de la evaluación, los participantes rellenaron cuestionarios relacionados con su altura, peso, consumo de alcohol, tabaquismo y otros factores potencialmente relacionados con el riesgo de cáncer. Ninguno de ellos tenía cáncer al comienzo del estudio. Se diagnosticó diabetes mellitus tipo 2 en el 6,5 por ciento de los participantes y con el tiempo, 2.162 desarrollaron cáncer de hígado. Los investigadores compararon las tasas de cáncer de hígado entre los participantes con y sin obesidad y diabetes para determinar el riesgo relativo de cáncer de hígado. Y comprobaron que por cada aumento de 5 kilogramos/m2 en el IMC, hubo un incremento del 38 y el 25 por ciento en el riesgo de cáncer de hígado en hombres y mujeres, respectivamente; el aumento del riesgo fue del 8 por ciento por cada aumento de 5 cm de circunferencia de la cintura. Cuando se ajustaron los resultados por la ingesta de alcohol, el tabaquismo, la raza y el índice de masa corporal, los participantes con diabetes mellitus tipo 2 eran 2,61 veces más propensos a ser diagnosticados con cáncer de hígado, y el riesgo subió con el incremento en el IMC. «Encontramos que cada uno de estos tres factores se asoció, de forma robusta, con el riesgo de cáncer de hígado. Los tres consisten en disfunción metabólica –subraya Campbell–. Esto añade un apoyo sustancial para que el cáncer de hígado esté en la lista de los cánceres asociados con la obesidad». Los hallazgos también...
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Publicado on Sep 30, 2016
El pasado 14 de septiembre Dayana Camacho (195 kilos), fue operada mediante bypass gástrico por laparoscopia en Guadalajara (México). Dayana está bien y se recupera satisfactoriamente, según los médicos. La considerada adolescente más obesa del planeta ingresó en el Hospital Jardines de Guadalajara y fue intervenida durante poco más de una hora por el cirujano bariatra José Antonio Castañeda, según informa EFE México. Para Castañeda, «Dayana es una adolescente atípica. Por su extremada obesidad le aconsejaron practicar una intervención mixta; es decir, restrictiva y malabsortiva. Un bypass gástrico para combatir de forma radical y efectiva el exceso de peso y tendencia a seguir subiendo». Precisó que la operación «se la he practicado por laparoscopia, reduciéndole el estómago a 50 centímetros cúbicos y alejando en casi dos metros la absorción de alimentos». De acuerdo con el especialista, «ello provocará que se sacie mucho antes y por tanto no sufra por comer menos, y a la vez su cuerpo actúe en su favor aprovechando exclusivamente aquellos alimentos que necesita, seleccionando los más adecuados». «Dayana ha respondido perfectamente a quirófano y ya está en planta. La tendremos en estrecha observación las próximas 72 horas y podrá obtener el alta hospitalaria», manifestó el director del centro Gastric Bypass México, integrado por doctores certificados y expertos en cirugía bariátrica. Dayana, nacida en el poblado de Colorado, en el estado noroccidental de Sinaloa, deberá experimentar a partir de ahora un proceso de recuperación muy intenso al principio, señaló el centro en un boletín. A continuación se ubicará en una curva de duración aproximada de un año en que irá esculpiendo su cuerpo hasta quedarse en su peso ideal. Durante un mes estará en un régimen a base de líquidos y batidos para ir introduciéndola en una dieta de sólidos paulatinamente y en poco más de dos meses realizará una vida normal sin mayores problemas. Su dieta variará pues su cuerpo rechazará alimentos hipercalóricos como chocolates, cremas y azúcares, y tenderá a desear los alimentos apropiados y mucho más saludables. Al tratarse de una persona joven, se espera que Dayana, la adolescente con mayor peso de la que se tiene registro actualmente, se recupere rápido de la intervención y la pérdida de peso. «Estoy muy contenta por esta operación. Ya no quiero estar así; quiero que mi vida cambie y la gente no se me quede viendo», dijo a Efe Dayana a fines de agosto desde su natal Colorado. La joven es un reflejo de la grave crisis de obesidad existente en México. La nación se ha ubicado en las últimas décadas en las primeras posiciones mundiales en obesidad, una realidad que los expertos califican de «epidemia» por su rápida expansión y que afecta al 35 % de los adolescentes. Dayana es un caso de obesidad extrema, con un Índice de Masa Corporal (IMC) superior a 70 cuando lo aconsejable es entre 18 y 25. «Es...
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