Diez pistas para saber si padecemos diabetes

Publicado on Dic 20, 2018

Diez pistas para saber si padecemos diabetes

La diabetes es una de las emergencias sanitarias que más ha crecido en el planeta en las últimas décadas.

De que en la década de los años setenta del siglo pasado la industria azucarera comenzó a infiltrarse en todo tipo de productos alimentarios, imponiendo el adictivo poder de la glucosa tanto en refrescos como en bollos, pasteles, chocolates e incluso embutidos, una nueva epidemia se ha alzado silenciosamente hasta convertirse en un clamor: la diabetes de tipo 2, adquirida y no congénita.

La OMS calcula que actualmente una de cada 11 personas en el mundo ya son diabéticas de esta modalidad, a la vez que millón y medio mueren en el mundo cada año por sus efectos devastadores y se calcula que en el futuro, si no se le pone remedio, puede llegar a ser una rémora definitiva para la economía mundial por su coste sanitario.

La relación entre el consumo de azúcares añadidos y la diabetes es cada vez más conocida por el gran público, que ha aprendido que un exceso de azúcar fuerza al páncreas a fabricar más insulina de la normal, la hormona que captura todo el azúcar y lo conduce a las células del cuerpo para alimentarlas. Pero estas, cuando reciben exceso de glucosa durante un periodo prolongado, tienden a resistirse a aceptarla; se vuelven «sordas» al reclamo de la insulina y se niegan a alimentarse.

En consecuencia, el páncreas debe fabricar todavía más insulina para lograr que una porción significativa de las células acepte parte de ese azúcar para crear energía que les permita vivir. Como las personas nos hacemos adictas al azúcar añadido, consumimos cada vez más, muchas veces oculto en productos inverosímiles. Por tanto, este círculo de «sordera celular» -se llama «resistencia a la insulina»- que se compensa con mayores niveles de insulina, se acelera y a su vez aumenta la sordera de las células.

Es un círculo vicioso que termina cuando el páncreas «se rompe» y deja de ser funcional para fabricar insulina. Nuestro cuerpo ya no es capaz de fabricar suficiente insulina y la disfunción hace que nuestros niveles de glucosa en sangre se disparen a la vez que no llegue suficiente alimento a las células, especialmente a las más alejadas de la zona del hígado, que es centro productor de la glucosa libre. Bienvenidos a la diabetes de tipo 2.

La buena noticia es que la diabetes de tipo 2 puede ser  reversible si se identifica en los primeros años; a diferencia de las de tipo 1, que son tipos de enfermedad autoinmunes o idiopáticas y que impiden la fabricación de insulina por parte de las células del páncreas. La mala que para revertirla hay que superar la adicción al azúcar, que está socialmente aceptada como normal, pero cuyos efectos a largo plazo pueden ser tan devastadores como el de las peores drogas.

Si no dejamos, o moderamos mucho, la Cocacola, la bollería, la pastelería, las harinas refinadas, los productos y conservas procesadas, las mermeladas, la miel, y un largo etcétera de alimentos, tenemos muchos números para terminar en la diabetes de tipo 2.

Dado el cuadro clínico de la diabetes, tal vez sí sea buena idea plantearnos averiguar si padecemos dicha enfermedad o qué riesgo tenemos de padecerla en el futuro. Un buen índice es estudiar los alimentos y bebidas que componen nuestra dieta y observar si hay una presencia excesiva de azúcares añadidos; para ello deberemos reflexionar si consumimos alguno de los alimentos antes descritos.

Sin embargo no siempre es fácil reconocer la presencia de glucosa en los productos, que puede estar oculta de muchas maneras, o bien nos cuesta aceptar que somos adictos a ella. Por lo tanto no está de más atender a los siguientes diez síntomas para tener más pistas sobre nuestro riesgo potencial; de todos modos por sí solos no pueden ser determinantes, pero deben valernos para decidirnos a acudir a un médico que nos realice los preceptivos análisis y pruebas. Revertir la diabetes es una cuestión de tiempo.

 

Fuente: Eldiario.es

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