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¿Por qué es tan importante la alimentación después de una cirugía bariátrica realizada para pérdida de peso?

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¿Por qué es tan importante la alimentación después de una cirugía bariátrica realizada para pérdida de peso?

El posoperatorio es la fase más importante del tratamiento.

Ingerir alimentos nutritivos y mantener una dieta balanceada, ayuda a mejorar la salud y la calidad
de vida en pacientes que han sido intervenidos quirúrgicamente, para contratacar la obesidad. Y la buena alimentación es de suma importancia para mantener el equilibrio
entre salud física y salud mental.

La ingesta de alimentos seleccionados para mejorar la calidad alimenticia, se enfoca en ingerir proteínas, vitaminas, minerales, carbohidratos y agua; todos ellos, denominados nutrientes importantes para
mantener la energía vital que necesita el cuerpo humano.

Comer de manera inadecuada estos nutrientes, genera obesidad en las personas; afección que, a su vez, causa enfermedades cardíacas, diabetes o dificultades en la presión arterial.

Para evitar el crecimiento de estas enfermedades, se evalúan las posibilidades de realizar la cirugía bariátrica; proceso que consiste en la reducción del estómago, a cierto tamaño, lo que permite disminuir la porción de alimentos necesarios en cada comida, y también disminuye la velocidad en la asimilación de
los mismos; evitando así, el aumento de peso o exceso de grasa en el cuerpo.

Existe cirugía bariátrica de tipo: bypass gástrico, manga vertical gástrica, gastrectomía en manga, derivación biliopancreática con cruce duodenal, y la más conocida banda gástrica que se realiza a través de laparoscopia. Esta última es la más común, por su ligero proceso de recuperación, y por la mínima sensación de dolor post-operatoria.

Las primeras semanas de recuperación, el doctor indicará una dieta líquida, mientras transcurre el proceso de adaptación. La cantidad de líquido a ingerir varía según la indicación médica. Luego, podrás entrar en la dieta de alimentos sólidos.

En un principio deberás evitar aquellas comidas que sean altas en grasa y azúcar. También abstenerte de tomar bocados grandes y masticar con suma calma cada uno
de ellos.

Por consiguiente, conservar la figura deseada luego de la operación depende más del paciente, que del funcionamiento de la cirugía; y esto es, por laimportante elección de los alimentos a ingerir.

La cirugía bariátrica limita la cantidad necesaria entre cada comida, lo que también limita la cantidad de nutrientes que recibirá el cuerpo por cada una de ellas. Es por esto, que las opciones alimenticias deben tomarse con suma atención a los nutrientes indispensables para mantener una vida saludable.

Las citas médicas serán constantes al principio de la recuperación, debido a que el proceso de adelgazamiento es más veloz las primeras semanas, y es importante para el doctor estudiar la asimilación del cuerpo ante este cambio físico.

Si existe algún inconveniente en la absorción de nutrientes, tu médico te recetará vitaminas que servirán para fortalecer la vitalidad que tu cuerpo necesita. Sin embargo, mantener una vida saludable no solo implica la alimentación. Debes enfocarte en compartir este nuevo camino con amigos, familiares,
compañeros de trabajo; para así sentir el apoyo necesario durante el proceso de la adecuación física.

Es recomendable evitar el sedentarismo, realizar actividades físicas, intentar subir por las escaleras
antes de elegir el ascensor; también aprovechar cada oportunidad que tengas para salir a caminar.

En cuanto a los alimentos: evitar las frituras; pollo, pavo o carne, cocinarlos asados o al horno. Y las frutas y las verduras, que poseen muchas vitaminas y gran cantidad de agua; puedes sumarlas a la comida o ingerirlas por bocados durante las meriendas.

Por ello, el objetivo de este mecanismo quirúrgico es contribuir en la competencia contra la obesidad, cambiando el ritmo alimenticio de los pacientes y luchando contra las enfermedades causadas por el aumento de peso.

 

Fuente: La opinión

Cirugía bariátrica reduce en 40 % el riesgo de padecer de enfermedad coronaria

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Cirugía bariátrica reduce en 40 % el riesgo de padecer de enfermedad coronaria

Los pacientes con obesidad severa que se someten a una cirugía para perder peso reducen en 40 % el riesgo de padecer de una enfermedad coronaria, según un estudio presentado durante la Semana de la Obesidad 2018 en Nashville (EUA).

«Nuestro estudio muestra que la cirugía bariátrica tiene un efecto significativo en los factores de riesgo conocidos de la enfermedad coronaria en pacientes después de un año de someterse al tratamiento», aseveró el doctor Emanuele Lo Menzo, coautor del estudio.

Esta investigación fue realizada por la Cleveland Clinic Florida en Weston, Estados Unidos, e incluyó a 1,330 pacientes con un Índice de Masa Corporal (IMC) de 40 o más sin historia de enfermedad coronaria y que tuvieron una cirugía de manga gástrica o bypass gástrico entre 2010 y 2016.
Previo a la cirugía, todos los pacientes padecían hipertensión, y 40 % de ellos tenía diabetes tipo II, además de que 225 de ellos tenían ocho veces más riesgo que la población en general de presentar una enfermedad coronaria.

Un año después de la cirugía, según mostró el estudio, más del 40 % de los pacientes había controlado su diabetes y 44 % no tenía ya hipertensión arterial.

Además de que todos perdieron al menos 25 % de su peso y habían bajado su IMC en 70 %.

«Ningún otro tratamiento en tan poco tiempo puede tener resultados tan significativos en el control de la diabetes y la hipertensión arterial», dijo Lo Menzo.

Sin embargo, dijo que la clave es que los pacientes siguieron una dieta saludable y realizaron ejercicio después de la cirugía, «lo que les permitió mantener estos beneficios para su corazón».

La obesidad está asociada con el incremento en el riesgo de desarrollar más de 40 enfermedades y condiciones de salud, incluidas la diabetes tipo II y la enfermedad coronaria, por lo que, concluyó Lo Menzo, «es importante atenderla para evitar mayores complicaciones de salud».

 

Fuente: La prensa gráfica

El 80% de los hombres y el 55% de las mujeres tendrá exceso de peso en España en 2030

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El 80% de los hombres y el 55% de las mujeres tendrá exceso de peso en España en 2030

Una revisión de estudios científicos asegura que en 11 años habrá más de 27 millones de personas con sobrepeso u obesidad, lo que supondrá un sobrecoste al sistema de salud de 3.000 millones.

La epidemia de la obesidad y el sobrepeso lleva años al alza —casi se han triplicado los casos desde 1975, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)— y las perspectivas de futuro son poco halagüeñas, también en España. Una investigación del hospital del Mar de Barcelona, que ha revisado medio centenar de estudios epidemiológicos sobre la prevalencia del exceso de peso en el territorio, asegura que ocho de cada 10 hombres y el 55% de las mujeres tendrán sobrepeso u obesidad en 2030. «Si la tendencia se mantiene», señalan los investigadores, España tendrá más de 27 millones de personas con exceso de peso dentro de 11 años. El estudio, publicado en la Revista Española de Cardiología, apunta, además, que esta imparable epidemia supondrá un sobrecoste de 3.000 millones de euros para el sistema de salud.

No se trata de una cuestión estética, martillean los expertos. Es una cuestión de salud. Detrás del exceso de peso se esconde un elevado riesgo de sufrir numerosas enfermedades, como la diabetes, la hipertensión, el ictus, el cáncer u otras dolencias cardiovasculares. El exceso de peso se mide a través del índice de masa corporal (el peso en kilos dividido por el cuadrado de la talla). Un IMC entre 25 y 30 es sobrepeso; si la cifra supera el umbral de los 30, es obesidad.

Los investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) de Barcelona revisaron toda la literatura científica que había en España sobre epidemiología y prevalencia de la obesidad y el sobrepeso entre 1987 y 2014 para aproximar la cifra real del exceso de peso dentro del territorio. «Hemos revisado todos los estudios que había sobre exceso de peso en población adulta en España. El más antiguo que encontramos fue de 1987. Vimos las tendencias temporales y lo cruzamos con datos de población general del Instituto Nacional de Estadística para estimar una aproximación real a las cifras de obesidad y sobrepeso», explica Álvaro Hernáez, investigador del IMIM y primer firmante del estudio. Los resultados revelaron que en 2016, el 70% de los hombres y el 50% de las mujeres tenían exceso de puso. El estudio apuntó, además, hacia un futuro «alarmante», según los investigadores. «Ahora hay 24 millones de personas con exceso de peso, tres millones más que hace una década. En un escenario conservador, si esta tendencia se mantiene, habría otros tres millones más en 2030», sentencia el doctor Albert Goday, endocrinólogo del hospital del Mar y autor del estudio.

Los datos que se desprenden de la investigación del IMIM implicarían que el 80% de los hombres y el 55% de las mujeres en edad adulta tendrían sobrepeso u obesidad. Eso, si la tendencia no se tuerce más. «Las estimaciones las hemos hecho sobre un escenario de si se estabiliza el crecimiento, si siguiera igual que ahora sin que hubiese ningún cambio», avisa Goday. Entre 1987 y 2014, el aumento anual del sobrepeso fue del 0,28% entre los hombres y el 0,10% en las mujeres; el incremento de la obesidad osciló entre el 0,50% en los hombres y el 0,25% en las mujeres. «En los hombres, el exceso de peso es más corriente hasta los 50 años. Después, a partir de los 50, aumenta más la obesidad entre las mujeres. Son cuestiones intrínsecas relacionadas con el metabolismo hormonal. A partir de cierta edad, a las mujeres les cuesta más controlar su peso», señala Goday.

Los expertos sostienen que cualquier pérdida de peso, por pequeña que sea, reduce el riesgo de contraer alguna de las enfermedades asociadas. «Es evidente que la obesidad es un problema pluripatológico. No vamos a encontrar la llave ni la vacuna de un día para otro, pero cualquier pequeña intervención ayudará a reducir el riesgo. Aunque uno piense que ha hecho un esfuerzo enorme y solo ha bajado cuatro kilos cuando necesita bajar muchos más, que sepa que con esos cuatro kilos menos ya está reduciendo el riesgo», señala el endocrinólogo del hospital del Mar.

Los investigadores del IMIM también han puesto el foco en el impacto económico que tiene este crecimiento de casos de obesidad y sobrepeso para el sistema sanitario. El exceso de peso siempre va asociado al riesgo de desarrollar otras patologías y, por tanto, a requerir más atención sanitaria. «Las personas con exceso de peso tienen más ingresos hospitalarios, más cirugías, más tratamientos farmacológicos, requieren más gasto en profesionales…», enumera Hernáez. El estudio estimó que en el 2016, el sobrecoste directo fue de 1.950 millones de euros (524 millones más que en 2006). Para 2030, estimaron un aumento del sobrecoste que alcanzaría los 3.000 millones de euros.

Los investigadores analizaron y estimaron los llamados costes directos, que suponen toda la atención médica, visitas y medicación. Según Hernáez, esto supone la mitad del gasto. La otra parte serían los costes indirectos, donde se incluyen las bajas laborales, ayudas, invalideces, etc. «Hipotetizamos que hay otra serie de cuestiones que, según otros estudios internacionales, suponen la otra mitad de los gastos, pero que no se pueden medir. Son los cuidados, las bajas, etc.», matiza Hernáez.

Con todo, los expertos señalan que esta tendencia creciente y las estimaciones al alza se pueden romper con más educación nutricional y políticas para promover hábitos saludables. «Es cuestión de educación sanitaria, pero también de política de precios, como la tasa a los refrescos. Hay que dar más espacio a esos alimentos que hemos arrinconado porque curiosamente son más caros, más difíciles de cocinar o menos gratificantes», sentencia Goday.

Fuente: El País

Las enfermedades que puedes padecer si sufres obesidad

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Las enfermedades que puedes padecer si sufres obesidad

La obesidad hay que tomársela en serio. Es una enfermedad crónica que supone un grave problema para la salud. Desde hace veinte años, la tasa de obesos en España no para de crecer y se estima que es uno de los principales factores de riesgo en el desarrollo de muchas enfermedades. Por eso, hay que darle la importancia que se merece.

Estas son algunas de las enfermedades que pueden aparecer si se es obeso:

Diabetes tipo II

La Obesidad es uno de los factores de riesgo más destacados actualmente para la diabetes tipo II, junto a la edad, la predisposición genética y el sedentarismo. De hecho, la Organización Mundial de la Salud ya se refiere a ella como ‘la epidemia del siglo XXI’.

Cuando una persona tiene sobrepeso su cuerpo necesita producir más insulina para llevar la glucosa a las células que forman su tejido adiposo y, por lo tanto, el páncreas tiene que producir más cantidad para mantener la glucosa en sangre dentro de los niveles normales. Este sobresfuerzo hace que este padezca fatiga y en consecuencia deje de producir menos insulina, explican desde el centro médico.

Con el tiempo, el exceso de glucosa en la sangre puede causar problemas serios como enfermedades cardíacas, derrames cerebrales, ceguera y muerte prematura.

Alteraciones cardiovasculares

Muchos estudios epidemiológicos han demostrado que la obesidad es un factor de riesgo mayor de enfermedades cardiovasculares, incluida, la enfermedad coronaria, la insuficiencia cardiaca, las arritmias ventriculares y la muerte súbita. La razón primordial de estas incidencias es que cuando la masa corporal de una persona aumenta, también incrementa el esfuerzo cardíaco requerido para poder atender las necesidades de su organismo, por lo que afecta al trabajo del corazón.

Apnea del sueño

Es un trastorno que origina paradas de la respiración momentáneas durante el sueño. Según datos del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, el 98% de los obesos mórbidos padecen síndrome de apnea obstructiva del sueño. Los tratamientos más eficaces para disminuir o evitar la apnea se enfocan en la reducción de peso corporal para mejorar el impulso ventilario.

Hipertensión Arterial (HTA)

El exceso de grasa corporal contribuye a elevar la presión arterial y, por lo tanto, se convierte en un factor de riesgo de sufrir HTA.

Cáncer

Varios estudios han constatado que el exceso de peso puede aumentar casi un 50% el riesgo y desarrollo de padecer cáncer de esófago, hígado, colon, páncreas, mama, útero, vesícula biliar y recto.

Artrosis degenerativa

La obesidad provoca un exceso de carga en las articulaciones y degeneración articular. El peso ejerce presión sobre los huesos y articulaciones, desencadenando problemas óseos y en articulares graves.

Dislipemia

Consiste en un aumento anómalo de la concentración de colesterol y triglicéridos en sangre. El exceso de estos niveles lípidos en sangre aumenta notablemente el daño arterial y, en consecuencia, el daño cardiovascular global.

Infertilidad o problemas en el embarazo

La obesidad puede afectar a la fertilidad, tanto en hombres como en mujeres, y producir dificultades en el embarazo.

Según los expertos, controlar el exceso de peso y disminuir la grasa corporal es vital para reducir la probabilidad de desarrollar todas estas enfermedades o, una vez contraídas, disminuir su afectación.

¿Cómo saber si sufro obesidad?

Se sabe a través del Índice de Masa Corporal (IMC). El cálculo es sencillo, tan solo se necesita saber la estatura y peso exactos y dividir el peso en kg por el cuadrado de la estatura en cm. Si el resultado es:

  • Menos de 19, el peso es insuficiente.
  • Entre 19 y 24,9 el peso es saludable.
  • Entre 25 y 29,9, se considera sobrepeso.
  • Entre 30 y 39,9, se considera obesidad.
  • Más de 40, se considera obesidad mórbida o extrema.

 

Fuente: Hola.com

 

 

Lucha contra la diabetes: descubren que otras células pueden producir insulina

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Lucha contra la diabetes: descubren que otras células pueden producir insulina

Las células alfa del páncreas, que generan glucagón, podrían cambiar de identidad y hacer el trabajo de las células beta, encargadas de producir insulina.

Investigadores de la Universidad de Bergen (Noruega) han descubierto que las células productoras de glucagón en el páncreas pueden ‘cambiar de identidad’ y adaptarse para hacer el trabajo de las células encargadas de producir insulina. Hasta ahora, sin embargo, no han conseguido controlar este proceso para generar esta hormona a voluntad.

Hay tres tipos diferentes de células en el páncreas (alfa, beta y delta), que producen diferentes tipos de hormonas para la regulación del azúcar en la sangre. Las alfa producen glucagón, lo que aumenta los niveles de azúcar en la sangre. Las beta producen insulina, lo que disminuye los niveles de glucagón. Las delta producen somatostatina, que controla la regulación de las células alfa y beta. Las personas con diabetes tienen una función dañada de las células beta y, por lo tanto, tienen niveles de azúcar en la sangre constantes.

La diabetes está causada por la incapacidad de las células de insulina para realizar su trabajo, bien porque están dañadas o porque directamente no existen. Muchos pacientes con diabetes toman suplementos de insulinapara regular estos niveles. «Posiblemente estamos enfrentando el inicio de una forma totalmente nueva de tratamiento para la diabetes, donde el cuerpo puede producir su propia insulina, con ayuda inicial», apunta una de las autoras del estudio, la investigadora Luiza Ghila.

Los investigadores descubrieron que solo alrededor del 2% de las células vecinas en el páncreas podían cambiar de identidad. Sin embargo, esa cantidad hace que los investigadores sean «optimistas» sobre posibles nuevos enfoques de tratamiento.

Han conseguido describir los mecanismos detrás del proceso de identidad celular. No es un proceso pasivo, sino que es el resultado de las señales de las células circundantes. En el estudio, los investigadores pudieron aumentar el número de células productoras de insulina al 5% mediante el uso de un medicamento que influyó en el proceso de señalización intercelular. Hasta ahora, los resultados solo se han conseguido en modelos animales.

«Si adquirimos más conocimientos acerca de los mecanismos detrás de la flexibilidad celular, entonces podríamos controlar el proceso y cambiar las identidades de las células para que se produzca más insulina», asegura Ghila.

Según los investigadores, los nuevos descubrimientos no solo son una buena noticia para el tratamiento de la diabetes. «La capacidad de las células para cambiar de identidad y función puede ser un descubrimiento decisivo en el tratamiento de otras enfermedades causadas por la muerte celular, como Alzheimer y el daño celular debido a ataques cardíacos», detalla.

 

Fuente: Vozpópuli

Descubren un nuevo mecanismo por el que la obesidad provoca resistencia a la insulina

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Descubren un nuevo mecanismo por el que la obesidad provoca resistencia a la insulina

Investigadores del IDIBAPS y del CIBERDEM han publicado un estudio en la revista PNAS en el que demuestran uno de los mecanismos por los que la obesidad modula el metabolismo de la glucosa y de los lípidos en ratones. Lo hace a través de cambios en el contenido de microRNAs de los exosomas, vesículas que secretan todas las células y que se encuentran en la sangre. Estos cambios en el patrón de los microRNAs, pequeñas moléculas con capacidad para regular la expresión de determinados genes, provocan intolerancia a la glucosa y resistencia a la insulina. El estudio desenmascara un mecanismo patológico poco explorado hasta ahora y proporciona una nueva diana terapéutica para el tratamiento del síndrome metabólico.

El estudio lo ha coordinado Anna Novials, jefa del equipo Patogenia y Prevención de la Diabetes del IDIBAPS y jefa de grupo del CIBERDEM. El primer autor del estudio es Carlos Castaño, investigador predoctoral del grupo, y la última autora del trabajo es Marcelina Párrizas, investigadora del equipo del IDIBAPS /CIBERDEM.

La obesidad a menudo está relacionada con enfermedades metabólicas. La diabetes tipo 2 es una de las enfermedades metabólicas más común en todo el mundo y se estima que afectará a un tercio de la población en 2050. Este tipo de diabetes está asociada al sobrepeso y el sedentarismo, siendo la obesidad una de las causas principales de resistencia a la insulina.

Los microRNAs son pequeñas moléculas que tienen la capacidad de regular la expresión de los genes y los pueden secretar casi todos los tipos de células del organismo dentro de vesículas llamadas exosomas. Cambios en el perfil de los microRNAs circulantes en la sangre se asocian a varias enfermedades, incluyendo las metabólicas. Estas moléculas se pueden utilizar como biomarcadores para mejorar el diagnóstico de las enfermedades y monitorizar la respuesta a los tratamientos.

Para el estudio publicado en la revista PNAS, los investigadores han estudiado el papel de los microRNA contenidos dentro de los exosomas, vesículas que secretan los tejidos y que contienen proteínas, lípidos o moléculas de RNA, en el síndrome metabólico. Lo han hecho con un modelo de ratón diabético que simula este síndrome. Mediante una dieta rica en grasas, los animales se hacen intolerantes a la glucosa – como un estado pre-diabético-, tienen el hígado graso y trastorno en el metabolismo de los lípidos.

Los investigadores analizaron el perfil de microRNAs que contienen los exosomas de estos ratones y obtuvieron un panel mediante un análisis bioinformático. Los resultados demuestran que la obesidad cambia el perfil de microRNAs en los exosomas del plasma en ratones. Pero lo más importante es que, si se trata a ratones sanos con los exosomas aislados de ratones obesos, se provoca intolerancia a la glucosa y resistencia a la insulina. Los investigadores lograron reproducir en el laboratorio el patrón de microRNAs asociado a la obesidad, y vieron que la transferencia a ratones sanos también les provocaba el mismo síndrome metabólico.

«En este estudio hemos explicado el papel que juegan los exosomas y determinados microRNAs relacionados con la obesidad en la aparición y desarrollo de la resistencia a la insulina y la diabetes. Ahora, el futuro, es conseguir bloquear estas moléculas para que no aparezca la enfermedad», explica Anna Novials, que también es presidenta de la Sociedad Española de Diabetes.

 

Fuente: Gaceta Médica

Cirugía bariátrica: ¿eres un candidato?

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Cirugía bariátrica: ¿eres un candidato?

La cirugía bariátrica ha ganado gran auge en República Dominicana, pero la decisión de practicar este tipo de operación no puede tomarse a la ligera.

El equipo clínico que evalúa al candidato no solo debe poseer la capacidad médica y técnica para realizar la intervención; debe tener la integridad moral para rechazar a aquellos pacientes que no califican.

Es una cirugía que cumple con unos criterios específicos, advierte el cirujano bariátrico José Miguel Rodríguez Belliard. “No es un tipo de cirugía que se toma medalaganariamente y que tú vas y te haces porque decidiste hacerlo o lucir bien”.

¿Cuáles son esos criterios? En primer lugar, tener un índice de masa corporal o IMC por encima de 35 (el IMC se calcula dividiendo el peso en kilos entre el cuadrado de la estatura en metros).

Aparte de la obesidad en sí, el equipo profesional toma en cuenta el hecho de que el paciente haya desarrollado problemas de salud asociados a esta, por ejemplo, hipertensión, hipercolesterolemia, dolores articulares, acantosis (oscurecimiento de la piel en zonas de pliegues) y diabetes.

“Existen obesos que no tienen enfermedades directamente asociadas con la enfermedad”, aclara Rodríguez Belliard, “pero pueden desarrollarlas a corto plazo”.

Complicación
La obesidad se encuentra entre los principales factores de riesgo de la apnea del sueño, interrupción repetida de la respiración mientras la persona duerme, que tiene graves consecuencias para la salud.

Trabajo en equipo asegura éxito de la bariátrica
El paciente obeso es un paciente multidisciplinario. Varios factores inciden en su condición y múltiples complicaciones médicas se derivan de ella.

Esto se toma en cuenta en el momento en que la persona aplica para una cirugía bariátrica, un tipo de operación para perder peso cuando se sufre obesidad extrema. El paciente debe ser evaluado por un equipo médico multidisciplinario.

“La cirugía bariátrica no es una cirugía de uno”, afirma José Miguel Rodríguez Belliard, cirujano bariátrico y metabólico de Clínica Abreu, “es una cirugía de un equipo médico donde el factor más importante quizás no sea el cirujano bariátrico como tal”.

Este equipo lo componen, además del cirujano, un internista, gastroenterólogo, psicólogo, nutricionista y, de ser necesario, fisioterapeuta.

El gastroenterólogo va a determinar, mediante una endoscopia, si el paciente sufre alguna enfermedad gastrointestinal (úlcera, gastritis, pólipos estomacales…) que impida la realización de la operación, pues esta implica una intervención directa del estómago.

Pero la obesidad no es un problema únicamente físico. «La obesidad», dice Rodríguez Belliard, «no es simple y sencillamente el sobrepeso; hay factores psicológicos asociados que envuelven al paciente”.

De ahí la importancia de la participación de un profesional de la conducta. La cirugía garantiza pérdida de peso en los cinco años posteriores a su realización, asevera el especialista; sin embargo, el paciente puede tener una recaída y recuperar peso a causa de trastornos emocionales no manejados en el momento indicado.

Varios meses antes de ir al quirófano, el paciente debe iniciar las consultas con el nutricionista, que le indicará un régimen que le permita estar en condiciones «óptimas» para la cirugía. Esta relación debe continuar luego de la operación con chequeos periódicos y un cambio en los hábitos alimenticios.

“El nutricionista es esencial en la pérdida de peso”, dice Rodríguez Belliard.

Pacientes cuyas articulaciones y movimientos se hayan visto muy comprometidos por el exceso de peso podrían requerir fisioterapia después de someterse a la cirugía.

Evaluaciones
Como preparación previa para la cirugía bariátrica, el paciente obeso debe someterse a un conjunto de pruebas y exámenes similares a los requeridos en otros tipos de intervenciones quirúrgicas.

Eso incluye un perfil hematológico completo, evaluaciones del metabolismo, de trastornos hormonales y una evaluación cardiovascular completa.

En ocasiones, dice Rodríguez Belliard, el cardiólogo o el internista requiere otro tipo de soporte médico como un ecocardiograma o una electrocardiografía ambulatoria. “Eso lo va a determinar cada profesional a la hora de su evaluación”.

 

Fuente: Listin Diario

Cada vez muere más gente por obesidad que por accidentes de tráfico. Y no parece que vaya a cambiar.

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Cada vez muere más gente por obesidad que por accidentes de tráfico. Y no parece que vaya a cambiar.

Los datos obtenidos por la Organización Mundial de la Salud coinciden con los del Instituto de Métricas de Salud y Evaluación (IHME): la obesidad, los ataques al corazón y otras enfermedades no transmisibles, debidas principalmente a nuestros hábitos de vida, son la principal causa de muerte en todo el mundo.

Mucho más, incluso, que las enfermedades infecciosas o los accidentes de cualquier tipo. Las cifras de este tipo de enfermedades las ponen en cabeza entre las epidemias mundiales. Las enfermedades respiratorias, la diabetes o los problemas neurológicos han escalado el ranking de las principales causas de muerte, desde los años 90. Y nada apunta a que la cosa vaya a cambiar para mejor.

¿De qué morimos?
Según el Global Burden of Disease o GB, un índice elaborado por el IHME, las principales causas de muerte en 2017 a nivel mundial fueron: los problemas del corazón, el cáncer, las enfermedades respiratorias, los problemas neurológicos y la diabetes; por ese orden.

Mientras que las enfermedades cardiovasculares representan la muerte de 233 personas por cada 100.000 al año, la diabetes ronda las 35 personas por cada 100.000. Eso supone la muerte de casi 108.500 españolas y españoles en 2017 por culpa de un problema de corazón y de 16.300 por culpa de la diabetes.
El cáncer supone 125 muertes por cada 100.000, es decir, unas 58.200 anuales en España; mientras que los problemas neurológicos «solo» alcanzan las 40 muertes por cada 100.000 (unas 18.600 en España). Con todo, los neoplasmas (el cáncer) y las enfermedades cardiovasculares representan más del 50% de las muertes totales contabilizadas hasta la fecha.

Estos datos, como decíamos, están avalados por la OMS, quienes presentaban hace poco un informe al respecto. En él se recogen todos los datos obtenidos de manera independiente desde 2005. La OMS coincide con el GBD: las principales enfermedades que nos están matando no son transmisibles. Son las cardiovasculares y el cáncer.

En comparación, los accidentes de tráfico, laborales, asesinatos, conflictos armados y otro tipo de lesiones fatales suponen, en suma, solo un 8% del total. Es decir, las muertes relacionadas con nuestra alimentación y hábitos de vida matan casi seis veces a más personas que los accidentes y las acciones deliberadas para matar a alguien.

Infecciones, accidentes, asesinatos y otras muertes
Aparte de las enfermedades respiratorias, que siguen en el cuarto puesto, según el GBD, tenemos que bajar en la lista hasta el décimo puesto, con 23 muertes por cada 100.000, causadas por las enfermedades entéricas (diarrea, colitis, gastrointestinales severas, etc.).

El VIH se encuentra en un decimocuarto puesto, con 14 muertes por cada 100.000, mientras que la malaria está en un 9 de cada 100.000. Si nos vamos al final de la lista de la GBD, encontramos el abuso de drogas (5 de cada 100.000), la malnutrición (4 de cada 100.000) y, en el último lugar, los desórdenes mentales (0,0043 de cada 100.000).

¿Dónde quedan las muertes violentas? Estas están en el puesto decimoprimero, con 18 personas por cada 100.000, seguidas inmediatamente de los accidentes de coche (17 de cada 100.000). De hecho, las acciones violentas y los accidentes están por encima de que la mayoría de enfermedades infecciosas. Entre estas causas se cuentan los asesinatos y crímenes, la guerra o los actos terroristas.

La tendencia a «matarnos» nosotros mismos no para de crecer
En el año 2000, más de 13 millones de personas moría por culpa de una enfermedad relacionada con el corazón. En 2016 la cifra alcanzaba los casi 16 millones. La muertes debidas a problemas cardiovasculares está, desde hace más de 30 años, en la categoría principal de «asesinos de la humanidad». No por nada, la OMS la considera la mayor epidemia que existe.

Por el contrario, desde 1990, las enfermedades infecciosas, así como los accidentes de tráfico y la violencia ha ido bajando puestos. La diabetes, la cirrosis, diversos cánceres y otras enfermedades metabólicas han ido escalando puestos, a su vez. Esto nos pinta un cuadro curioso.

Según los datos, parece que hemos mejorado nuestra seguridad vial, hemos reducido los conflictos violentos (locales y generales, como las guerras) y hasta hemos mejorado el control de las bacterias y virus infecciosos. Sin embargo, estamos fallando en una asignatura importantísima: cuidarnos.

Y esto se ve en las estadísticas: cada vez son más las muertes debidas a este tipo de problemas asociados con los hábitos de vida. Por supuesto, los números hay que entenderlos en su justo contexto. Ahora hay más seres humanos que hace 30 años. También tenemos mucha más información al respecto de las defunciones. Pero el conjunto global está claro y muestra un hecho imperturbable, que las principales causas de muerte somos nosotros mismos.

Cómo dejar de ser nuestros peores enemigos
Para justificar una afirmación que dice que somos nuestro peor enemigo solo hay que mirar las causas de las enfermedades no transmisibles que acaban con 41 millones de personas al año. Para la OMS, este tipo de problemas de salud tienen gran parte de su origen en el tabaco, el sedentarismo, el exceso de sal y sodio, el alcohol y la actividad física insuficiente.

Estos factores ayudan a desarrollar un aumento de peso, que provoca problemas cardiovasculares, respiratorios y/o diabetes. También puede causar problemas metabólicos o desencadenar un cáncer. El principal factor de riesgo metabólico es el aumento de la presión arterial, al cual se le atribuyen el 19% de las muertes a nivel mundial.
Con un cambio de hábitos de vida podría reducirse la muerte de millones de personas. Entre sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, la OMS promueve la prevención y la educación como las mejores herramientas para entender que, a pesar de que cada vez hay menos muertes (relativas), nuestra forma de vivir sigue siendo la principal causa de enfermedad mortal en el mundo.

Si hemos conseguido aprender a conducir mejor y tener menos accidentes, le damos más importancia a la higiene y usamos más razonablemente los antibióticos, ¿por qué no probamos a dejar de ser nuestros peores enemigos? La razón es difícil de dilucidar, a pesar de los esfuerzos de la OMS y la cantidad de dietistas nutricionistas, médicos y biólogos que andan persiguiendo la respuesta.

Fuente: Xataka

¿Sabes cuáles son los efectos secundarios menos conocidos de la diabetes?

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¿Sabes cuáles son los efectos secundarios menos conocidos de la diabetes?

Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Diabetes (que tuvo lugar el 14 de noviembre), muchos de sus focos estaban puestos, además de en el apoyo a los pacientes y sus familias, en la incentivación de campañas divulgativas y sensibilización con esta enfermedad. Según el estudio Di@bet.es, impulsado por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM), solo en España, un 8,5% de la población está diagnosticada de diabetes y más de un 25% padece algún trastorno del metabolismo de la glucosa. Se trata de una dolencia muy extendida de la que se prescriben casi 400.000 nuevos casos al año, siendo la prevención y una pronta detección claves en su tratamiento. Sin embargo, un retraso en su diagnóstico implica que un 50% de las personas puedan presentar ya alguna complicación crónica derivada de ella.
Un dato que nos confirma la elevación crónica de la glucosa (debida a un diagnóstico tardío o a un inadecuado control a lo largo de los años) produce complicaciones crónicas que afectan, sobre todo, a los vasos del organismo, tanto a los grandes (corazón, cerebro y miembros inferiores), como a los pequeños (principalmente, riñón, retina y los que mantienen la oxigenación de los nervios periféricos)», señala.

Pero, ¿por qué se producen?
La experta aclara que el mecanismo por el cual se producen todas estas alteraciones es siempre el mismo: la glucosa elevada de forma continuada es dañina para la pared de los vasos desencadenando una reacción inflamatoria defensiva por parte del organismo. Ello conlleva pérdida de elasticidad de las arterias y su estrechamiento progresivo, de manera que el flujo va reduciéndose, pudiendo favorecer la formación de coágulos (trombos) que acaban por obstruir esos vasos y dando lugar a un infarto.

Una información que nos hace prestar una especial atención a los efectos secundarios menos conocidos (pero no por ello menos importantes) de la diabetes. La especialista nos los detalla a continuación.

Complicaciones macrovasculares
Una menor circulación en las arterias coronarias puede llevar a sufrir infartos de miocardio, arritmias e insuficiencia cardíaca. Además, como los nervios de estas arterias pueden estar afectados, el dolor característico de la angina puede verse disminuido o no existir, pasando desapercibido por paciente y médicos, hasta que la afectación es mucho mayor. Así, las personas con diabetes tienen entre 2 y 6 veces más riesgo de muerte por episodios cardiovasculares y 2,5 veces más probabilidades de desarrollar insuficiencia cardiaca.
La diabetes aumenta 4 veces el riesgo de infarto cerebral. Esto se debe a que el estrechamiento progresivo de los vasos del cerebro disminuye el riego de las neuronas pudiendo producir ictus y deterioro cognitivo (demencia vascular).
Circulación periférica de los miembros inferiores. La diabetes es una de las primeras causas de amputación no debida a traumatismo por la reducción progresiva de la circulación en las arterias distales de las piernas lo cual, a nivel precoz, produce un retraso en la cicatrización de las heridas y, en casos avanzados, úlceras de difícil curación que pueden acabar en amputación.

Complicaciones microvasculares
La reducción del riego a los riñones conlleva una reducción progresiva de su función. Así, un 50% de los diabéticos tienen insuficiencia renal crónica, que puede desembocar en la necesidad de diálisis e, incluso, de un trasplante renal.
A nivel de la retina. Hasta un tercio de las personas con diabetes sufren retinopatía, principal causa de la ceguera adquirida.
A nivel de los vasos que nutren a los nervios periféricos. La falta de nutrientes y oxígeno a esos nervios (principalmente de las piernas) afecta a la sensibilidad, bien disminuyéndola y aumentando así el riesgo de heridas que pueden derivar en úlceras y amputaciones; o bien aumentándola, propiciando la necesidad de tomar medicación para reducir el dolor.

 

Fuente: Hola.com

Diabetes: ¿quién atiende a los niños diabéticos en el colegio?

Publicado por on 10:00 en Noticias | 0 comments

Diabetes: ¿quién atiende a los niños diabéticos en el colegio?

Uno de los principales problemas de las familias a la hora de escolarizar al menor es saber quién se ocupará del cuidado constante que demanda la enfermedad.

El niño con diabetes mellitus tipo 1, sobre todo a edades tempranas, lo tiene complicado a la hora de la escolarización. O por lo menos al acceso a una escolarización acorde con sus necesidades. El pequeño y la familia se encuentran con centros que carecen de servicios de atención o con un conjunto de docentes que carecen de formación acerca de la enfermedad.

Ana Ibáñez es la madre de Martina, de tres años. A la pequeña le diagnosticaron el pasado 19 de agosto diabetes mellitus tipo 1. La niña va a un colegio en Barcelona en el que carecían de un enfermero para a ayudarle a controlar las subidas y bajadas de azúcar propias de la patología que padece.

La maestra es, junto a la progenitora, que acudía al centro varias veces al día, la que se ocupaba de hacer los controles de la pequeña. “Pero ella es humana, en el aula hay 27 alumnos, entre los que está también un pequeño con necesidades especiales. Ha sido duro.

Mi hija era invisible para el sistema y ella necesitaba constantemente a alguien que gestionara su enfermedad (puede pasar de tener una glucemia de 350 a 60 en 30 minutos)”, explica la madre por teléfono a EL PAÍS. La familia solicitó la ayuda necesaria, alguien capaz de atender a la niña y dar tranquilidad a la madre. Ibáñez lo consiguió el pasado día 27 de septiembre.

La angustia de Ibáñez no es única. Son muchos los padres con niños que padecen esta enfermedad los que critican la falta de atención médica y formación de los trabajadores en los centros educativos.

La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune. A la glucosa que circula por la sangre se le denomina glucemia. Los síntomas más característicos son que el pequeño tiene más ganas de orinar; más sed y más ganas de comer de lo habitual y pierde peso rápidamente. La enfermedad no tiene cura. «La diabetes tiene un impacto importante en la vida del niño que la padece, pero también de sus familiares, ya que implica tener que introducir nuevas rutinas necesarias para conseguir un adecuado control», explica Roque Cardona Hernández, pediatra endocrinólogo del Hospital Sant Joan de Déu y asesor científico de la Fundación para la Diabetes. «En un primer momento es normal que muchos experimenten sentimientos de negación, rabia y culpabilidad, que afortunadamente van disminuyendo posteriormente según van afrontando el duelo. Nuestra labor como equipo de diabetes es intentar que se sientan apoyados y proporcionar las mejores herramientas para asegurar un buen control desde el primer momento», afirma.

La Fundación para la Diabetes explica que la “falta de asistencia médica y formación en los centros” es una de las principales quejas de las familias. Según los últimos datos recogidos en un informe de 2015, “un 70% de los padres reclama un enfermero en el colegio. Además, demandan una mayor información general para los profesores (84%)». En ocasiones, la solución adoptada por los padres es acudir al propio centro a diario para supervisar la salud de su hijo –uno de cada dos padres o madres ha tenido que modificar su actividad laboral para atender al niño–, como era el caso de Ana Ibáñez, dificultando la conciliación de la vida familiar y laboral, y en muchos casos teniendo una repercusión económica negativa para la familia.

Para la mayoría, reclamar un profesional de enfermería está sirviendo para sensibilizar, y en muchos casos logran conseguirlo. Existe un protocolo para la solicitud. “Primero, hay que confiar en la buena fe de los colegios, porque el trámite de petición lo hace el centro a la Dirección de Área Territorial a la que pertenezca. La petición se hace por escrito y se debe adjuntar un informe médico”, explica desde la Fundación. “Nosotros recomendados que los padres también hagan este proceso de forma particular.

Lo más importante es que estos conozcan los procesos a seguir para que su hijo esté bien atendido en clase”, añade. Efectivamente, «la presencia de Enfermería Escolar es un elemento altamente deseable para la atención y cuidado de los niños con diabetes ya que facilita la labor de los docentes y evita que los padres tengan que desplazarse hasta los centros para proporcionar los cuidados necesarios», dice Cardona Hernández. «Además, su presencia permitiría que se realizaran otras labores, como educación sanitaria y promoción de hábitos de vida saludable y atención de otras enfermedades.

Su implantación en los colegios públicos depende de las autoridades educativas. La gran mayoría no cuentan con un profesional de enfermería», agrega el experto.

 

Fuente: El País