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Diez pistas para saber si padecemos diabetes

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Diez pistas para saber si padecemos diabetes

La diabetes es una de las emergencias sanitarias que más ha crecido en el planeta en las últimas décadas.

De que en la década de los años setenta del siglo pasado la industria azucarera comenzó a infiltrarse en todo tipo de productos alimentarios, imponiendo el adictivo poder de la glucosa tanto en refrescos como en bollos, pasteles, chocolates e incluso embutidos, una nueva epidemia se ha alzado silenciosamente hasta convertirse en un clamor: la diabetes de tipo 2, adquirida y no congénita.

La OMS calcula que actualmente una de cada 11 personas en el mundo ya son diabéticas de esta modalidad, a la vez que millón y medio mueren en el mundo cada año por sus efectos devastadores y se calcula que en el futuro, si no se le pone remedio, puede llegar a ser una rémora definitiva para la economía mundial por su coste sanitario.

La relación entre el consumo de azúcares añadidos y la diabetes es cada vez más conocida por el gran público, que ha aprendido que un exceso de azúcar fuerza al páncreas a fabricar más insulina de la normal, la hormona que captura todo el azúcar y lo conduce a las células del cuerpo para alimentarlas. Pero estas, cuando reciben exceso de glucosa durante un periodo prolongado, tienden a resistirse a aceptarla; se vuelven «sordas» al reclamo de la insulina y se niegan a alimentarse.

En consecuencia, el páncreas debe fabricar todavía más insulina para lograr que una porción significativa de las células acepte parte de ese azúcar para crear energía que les permita vivir. Como las personas nos hacemos adictas al azúcar añadido, consumimos cada vez más, muchas veces oculto en productos inverosímiles. Por tanto, este círculo de «sordera celular» -se llama «resistencia a la insulina»- que se compensa con mayores niveles de insulina, se acelera y a su vez aumenta la sordera de las células.

Es un círculo vicioso que termina cuando el páncreas «se rompe» y deja de ser funcional para fabricar insulina. Nuestro cuerpo ya no es capaz de fabricar suficiente insulina y la disfunción hace que nuestros niveles de glucosa en sangre se disparen a la vez que no llegue suficiente alimento a las células, especialmente a las más alejadas de la zona del hígado, que es centro productor de la glucosa libre. Bienvenidos a la diabetes de tipo 2.

La buena noticia es que la diabetes de tipo 2 puede ser  reversible si se identifica en los primeros años; a diferencia de las de tipo 1, que son tipos de enfermedad autoinmunes o idiopáticas y que impiden la fabricación de insulina por parte de las células del páncreas. La mala que para revertirla hay que superar la adicción al azúcar, que está socialmente aceptada como normal, pero cuyos efectos a largo plazo pueden ser tan devastadores como el de las peores drogas.

Si no dejamos, o moderamos mucho, la Cocacola, la bollería, la pastelería, las harinas refinadas, los productos y conservas procesadas, las mermeladas, la miel, y un largo etcétera de alimentos, tenemos muchos números para terminar en la diabetes de tipo 2.

Dado el cuadro clínico de la diabetes, tal vez sí sea buena idea plantearnos averiguar si padecemos dicha enfermedad o qué riesgo tenemos de padecerla en el futuro. Un buen índice es estudiar los alimentos y bebidas que componen nuestra dieta y observar si hay una presencia excesiva de azúcares añadidos; para ello deberemos reflexionar si consumimos alguno de los alimentos antes descritos.

Sin embargo no siempre es fácil reconocer la presencia de glucosa en los productos, que puede estar oculta de muchas maneras, o bien nos cuesta aceptar que somos adictos a ella. Por lo tanto no está de más atender a los siguientes diez síntomas para tener más pistas sobre nuestro riesgo potencial; de todos modos por sí solos no pueden ser determinantes, pero deben valernos para decidirnos a acudir a un médico que nos realice los preceptivos análisis y pruebas. Revertir la diabetes es una cuestión de tiempo.

 

Fuente: Eldiario.es

Diferencias entre sobrepeso y obesidad

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Diferencias entre sobrepeso y obesidad

Se considera sobrepeso cuando el Índice de Masa Corporal se encuentra entre un 25 y 29,9 y por encima de 30 empieza la obesidad.

En general las causas que se reconocen son los cambios de estilo de vida, dietas desequilibradas y vida sedentaria, básicamente se come más de lo que se gasta.

El sedentarismo se relaciona con la diabetes, la obesidad y algunos tipos de cáncer.

Cambiar los hábitos de vida de manera duradera es fundamental para la salud cardiovascular.

Para ello la OMS recomienda 2 horas y media de ejercicio moderado o 75 minutos intensos por semana.

 

Fuente: TeleMadrid

 

Aumenta la obesidad en menores y jóvenes

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Aumenta la obesidad en menores y jóvenes

Canarias y Andalucía son las comunidades autónomas con peores resultados. La crisis económica afectó tanto a niños como a adultos.

La prevalencia de la obesidad en menores de 25 años en España ha aumentado desde el año 2000 entre un 3 y un 5% en función del grupo de edad, según datos del Estudio Nutricional de la Población Española (ENPE), que señala que la tasa de obesidad en esas edades se sitúa en el 11,3%. Así lo ha avanzó ayer el director del Estudio ENPE, Javier Aranceta, quien participó en el Congreso de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), que se celebra esta semana en Madrid con la asistencia de 500 expertos de 20 países.

En declaraciones a los periodistas, Aranceta explicó que desde el año 2000 la prevalencia de obesidad en menores de 25 años ha aumentado, tanto en chicos como en chicas, y especialmente en aquellos grupos de población de clase media-baja.

«Es en los entornos más modestos donde tenemos que poner el acento para que las familias sepan elegir y organizar una alimentación saludable con recursos más modestos», ha subrayado este experto, que ha afirmado que esto se puede conseguir, ya que la dieta mediterránea «es una dieta de subsistencia».

Aranceta señaló que las cifras de obesidad han aumentado entre un 3 y un 5% dependiendo del grupo de edad y explicó que el periodo de crisis económica ha afectado negativamente a niños y adultos, ya que «los alimentos con alta densidad energética y poco valor nutricional son baratos».

Por comunidades autónomas, explicó que los peores datos se obtienen en Canarias y Andalucía y, en el caso de los varones, también en el Levante, mientras que la zona norte, Cataluña y Baleares presentan una prevalencia menor de obesidad con diferencias de entre 4 y 5 puntos entre regiones.

España sigue entre los países con mayores tasas de obesidad infantil y juvenil a nivel europeo, al igual que el resto de los países del sur de Europa.

Por sexos, la prevalencia de la obesidad es mayor en chicos (12,6%) que en chicas (11,2%), mientras que la suma de datos de obesidad y sobrepeso en jóvenes de entre 13 y 25 años es del 23%.

En este sentido, el director del Estudio ENPE advirtió de que «al menos la mitad de los que pertenecen a este grupo van a ser adultos obesos y generarán patologías como la diabetes o enfermedades cardiovasculares».

En este sentido, explicó que, además de la alimentación y de cuestiones genéticas, existen otros factores que explican estos datos, como el clima, ya que en los países donde hace más frío el gasto energético que provoca el cuerpo para generar calor es mayor que en países como España, de clima más templado.

 

Fuente: Canarias7

 

El sobrepeso es ya la mayor amenaza nutricional de América Latina y el Caribe

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El sobrepeso es ya la mayor amenaza nutricional de América Latina y el Caribe

Casi uno de cada cuatro adultos es obeso y el sobrepeso afecta a 3,9 millones de niños menores de cinco años en la región, según un informe presentado hoy. Una tendencia mundial.

Uno de los peores escenarios sería el de una niña indígena latinoamericana que bebe refrescos más accesibles que el agua potable y come baratos productos con demasiado azúcar, sal y grasas. Sobre su cuerpo recae, así de un sorbo y de un bocado, el ansia empresarial de vender por encima de todo y la inacción de los Gobiernos a la hora de controlar los mercados y la calidad de los alimentos.

«La obesidad se ha convertido en la mayor amenaza nutricional de América Latina y el Caribe [644 millones de personas]. Casi uno de cada cuatro adultos es obeso y el sobrepeso afecta a 3,9 millones de los niños menores de cinco años (7,3%), una cifra que supera el promedio mundial situado en 5,6%», revela el informe Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional de América Latina y el Caribe 2018, presentado este miércoles y elaborado por la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Unicef, el Programa Mundial de Alimentos y la Organización Panamericana de Salud. Entre los más vulnerables, apunta a las personas de menores ingresos, las mujeres, los indígenas, afrodescendientes y familias rurales.

«La obesidad está creciendo descontroladamente. Cada año hay 3,6 millones de obesos más en América Latina y el Caribe. 250 millones de personas viven con sobrepeso, el 60% de la población de la zona. La situación es espantosa”, declara el representante regional en América Latina y el Caribe de la FAO, Julio Berdegué. De mantenerse la tendencia, en el 2030 la proporción de población en la región con obesidad aumentaría a un 30% de la población adulta. Una cifra que contrasta con los índices de inseguridad alimentaria severa, que afecta al 8,4% de las mujeres y el 6,9% de los hombres. El texto resalta también que el hambre aumenta por tercer año consecutivo y alcanza los 39,3 millones de personas, el 6,1% de la población, en una zona del mundo que cuenta con una cantidad de alimentos suficientes para cubrir los requerimientos mínimos de calorías.

El informe señala que unas de las principales causas del incremento de la malnutrición en la población vulnerable son los cambios de los sistemas alimentarios de la región, el ciclo de los alimentos desde su producción hasta su consumo. Entre otras cuestiones como la creciente urbanización, se indica la facilidad para operar de las empresas extranjeras y su apuesta por los productos procesados, más baratos. Los autores lo explican así: «La producción es la base de la cadena de suministro alimentaria y su crecimiento en América Latina y el Caribe se ha orientado principalmente hacia productos de exportación. Este hecho se ha acompañado de políticas de liberalización, privatización e inversión del sector privado». Una afirmación que se vincula con otra que indica que la fabricación transnacional de alimentos, la venta al por menor y las cadenas de comidas rápidas basan sus servicios en proporcionar productos «con elevados grados de procesamiento». Se añade también que la desregulación de los mercados favorece a las grandes industrias alimentarias y aumenta la producción, la venta y el consumo de productos altamente procesados.

Las soluciones pasarían entonces por convencer a la industria para que elaboren productos más saludables e incidir en las políticas públicas para que regulen lo que al final se tomará esa niña indígena latinoamericana. «Sabemos las medidas que hay que adoptar, lo que necesitamos es decisión política para poner impuestos, programas de formación y alimentación escolar, etiquetado, protección social… La responsabilidad central es de los Gobiernos, pero también tienen una responsabilidad muy importante las empresas. No se pueden lavar las manos. Tienen que asumirla como la industria del tabaco», declara Berdegué, que también insta a los consumidores y asociaciones a poner esta cuestión en la agenda y demandar soluciones.

Fuente: El País

La extirpación del colon está relacionada con un mayor número de diabetes

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La extirpación del colon está relacionada con un mayor número de diabetes

El estudio, que los investigadores se basan en datos de más de 46,000 pacientes a quienes se les ha extirpado parte o la totalidad de su colon, puede allanar el camino para nuevas formas de prevenir y tratar la enfermedad.

Los científicos compararon los datos con poco menos de 700,000 pacientes comparables que en el mismo período se habían sometido a una cirugía por algo más que una enfermedad en el tracto gastrointestinal. El estudio es un ejemplo de cómo los investigadores pueden usar el tratamiento humano real en el sistema de salud como un tipo de modelo, dice el primer autor Anders Boeck Jensen del Centro de Investigación de Proteínas de la Fundación Novo Nordisk.

Como se informó en eLife , los pacientes a quienes se les extirpó todo el lado izquierdo o del colon mostraron un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en los 18 años posteriores a la operación en comparación con los pacientes que se habían sometido a una cirugía en diferentes partes del cuerpo.

Los pacientes a los que se les extirpó la parte horizontal derecha o media del colon no mostraron mayor riesgo de desarrollar diabetes, lo que sugiere que el lado izquierdo del colon desempeña un papel en la regulación del nivel de azúcar en la sangre del cuerpo.

El colon está lleno de bacterias y microbios intestinales, y algunos otros estudios indican que un cambio en la composición de estos microbios, como cuando a los pacientes se les extrae una parte del colon en la cirugía, pueden desempeñar un papel en el desarrollo de diversas enfermedades, además de las infecciones.

Fuente: Futurity

En 25 años, la obesidad generará más cáncer que el cigarrillo en las mujeres

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En 25 años, la obesidad generará más cáncer que el cigarrillo en las mujeres

Las cifras de obesidad no dejan de crecer y sus consecuencias principales no pasan por la estética de quien padece exceso de peso y grasa corporal sino por el gran impacto que esta enfermedad tiene sobre la salud del organismo. Tal es así que un reciente reporte de Cancer Research UK señala que en 25 años, la obesidad generará más cáncer que el cigarrillo, en mujeres.

Aunque las cifras son estimaciones realizadas por expertos de Cancer Reserach UK no dejan de señalar el gran impacto que la obesidad tiene sobre la salud de las personas pudiendo convertirse en la primera causa de cáncer en mujeres para el 2043.

Si bien en hombres el tabaquismo continúa siendo más prevalente que la obesidad y por ello no se convierte en la principal causa de cáncer para este grupo, se considera que las cifras de sobrepeso y obesidad van en aumento para ambos sexos, mientras que el tabaquismo se reduce después de muchos años y campañas que favorecieron la toma de conciencia sobre sus efectos nocivos.

Así como se ha logrado un beneficio reduciendo el hábito de fumar, desde ahora se debería considerar a la obesidad como la nueva pandemia a controlar aunando esfuerzos desde muchas áreas y considerando que se trata de una enfermedad en la que confluyen múltiples factores causales.

La obesidad puede convertirse en la causa número uno de cáncer en mujeres en 25 años y también representa un considerable factor de riesgo para sufrir diabetes, enfermedades cardiovasculares, problemas articulares y otras enfermedades que incrementan la mortalidad. Por ello, una vez más se debe tomar conciencia acerca del gran impacto que tiene la obesidad sobre la salud de la población y su esperanza de vida.

Fuente: Vitónica

El asma potencia la obesidad

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El asma potencia la obesidad

Se sabe que la obesidad es un factor de riesgo para desarrollar asma, pero un nuevo estudio muestra que también sucede al revés: las personas con asma registran más probabilidades de convertirse en obesas. La nueva investigación, presentada en el Congreso de la Sociedad Respiratoria Europea, que se celebra en París, Francia, indica que aquellos que desarrollan asma como adultos y aquellos que tienen asma no alérgico poseen mayor riesgo de obesidad, informa Europa Press.

El estudio sugiere que la relación entre el asma y la obesidad es más compleja de lo que se pensaba anteriormente y que es necesario realizar más investigaciones para comprender mejor y enfrentar estos dos crecientes desafíos de salud.

La investigación fue parte de la Encuesta de Salud Respiratoria de la Comunidad Europea e incluyó a 8.618 personas de 12 países que no eran obesas al inicio de la investigación. Esto significa que todos tenían un índice de masa corporal (IMC) de menos de 30 kg/m2.

Se consideró que los participantes padecían asma si informaron que alguna vez tuvieron asma y sufrieron un ataque de asma o que se despertaron por un ataque de dificultad para respirar en los 12 meses previos, o si actualmente estaban tomando medicamentos para el asma.

El estudio comenzó a reclutar en la década de 1990 y los participantes fueron seguidos después de diez años y otra vez después de 20 años. Los investigadores examinaron las relaciones entre tener asma al comienzo del estudio y la probabilidad de ser obeso diez años después. También evaluaron a personas que habían desarrollado asma después de diez años en el estudio y su riesgo de obesidad en 20 años.

Además, los investigadores tuvieron en cuenta otros factores de riesgo, como la edad, el sexo, el país y la actividad física. De esta forma, descubrieron que el 10,2 por ciento de las personas con asma al comienzo del estudio se habían vuelto obesas diez años después. Entre las personas que no tenían asma, el 7,7 por ciento eran obesas diez años después. El incremento en el riesgo de obesidad fue aún mayor en las personas cuyo asma comenzó en la edad adulta y más elevado en personas con asma pero que no sufrían de alergias.

Fuente: La Razón

La obesidad en menores de 25 años aumenta entre un 3 y un 5 %

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La obesidad en menores de 25 años aumenta entre un 3 y un 5 %

La prevalencia de la obesidad en menores de 25 años en España ha aumentado desde el año 2000 entre un 3 y un 5 % en función del grupo de edad, según datos del Estudio Nutricional de la Población Española (ENPE), que señala que la tasa de obesidad en esas edades se sitúa en el 11,3 %.

Así lo ha avanzado hoy el director del Estudio ENPE, Javier Aranceta, quien ha participado en el XII Congreso de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), que se celebra esta semana en Madrid con la asistencia de 500 expertos procedentes de 20 países.

En declaraciones a los periodistas, Aranceta ha explicado que desde el año 2000 la prevalencia de obesidad en menores de 25 años ha aumentado, tanto en chicos como en chicas, y especialmente en aquellos grupos de población de clase media-baja.

«Es en los entornos más modestos donde tenemos que poner el acento para que las familias sepan elegir y organizar una alimentación saludable con recursos más modestos», ha subrayado este experto, que ha afirmado que esto se puede conseguir, ya que la dieta mediterránea «es una dieta de subsistencia».

Por sexos, la prevalencia de la obesidad es mayor en chicos (12,6 %) que en chicas (11,2 %), mientras que la suma de datos de obesidad y sobrepeso en jóvenes de entre 13 y 25 años es del 23 %.

En este sentido, el director del Estudio ENPE ha advertido de que «al menos la mitad de los que pertenecen a este grupo van a ser adultos obesos y generarán patologías como la diabetes o enfermedades cardiovasculares».

Con estos datos, Aranceta ha señalado que las cifras de obesidad han aumentado entre un 3 y un 5 % dependiendo del grupo de edad y ha explicado que el periodo de crisis económica ha afectado negativamente a niños y adultos, ya que «los alimentos con alta densidad energética y poco valor nutricional son baratos».

Por comunidades autónomas, ha explicado que los peores datos se obtienen en Canarias y Andalucía y, en el caso de los varones, también en el Levante, mientras que la zona norte, Cataluña y Baleares presentan una prevalencia menor de obesidad con diferencias de entre 4 y 5 puntos entre regiones.

España sigue entre los países con mayores tasas de obesidad infantil y juvenil a nivel europeo, al igual que el resto de los países del sur de Europa.

En este sentido, ha explicado que, además de la alimentación y de cuestiones genéticas, existen otros factores que explican estos datos, como el clima, ya que en los países donde hace más frío el gasto energético que provoca el cuerpo para generar calor es mayor que en países como España, de clima más templado.

Además de la alimentación, Aranceta ha destacado la importancia de la actividad física y el excesivo tiempo que los niños pasan sentados frente a la pantalla del televisor o del ordenador.

«Todo lo que supera las dos horas de exposición a la pantalla es uno de los factores de riesgo más importante porque nadie come fruta jugando a un videojuego, sino que genera una situación que favorece la ingesta de elementos compensatorios que siempre son alimentos ricos en azúcares y grasas», ha advertido.

Por su parte, el presidente de la Sociedad Española de Nutrición (SEN), Gregorio Varela-Morales, ha reivindicado la dieta mediterránea, una cultura «heredada que estamos perdiendo» y ha asegurado que es mayor el porcentaje de personas con normopeso entre quienes hacen 5 comidas al día, desayunan, cocinan, hacen la compra y leen las etiquetas de los productos.

Fuente: La Vanguardia

La diabetes 2 en la mujer se asocia a obesidad y sedentarismo

Publicado por on 12:19 en Noticias | 0 comments

La diabetes 2 en la mujer se asocia a obesidad y sedentarismo

Cada vez se hace más un diagnóstico de diabetes en mujeres jóvenes. La mujer joven es raro que se estimule para hacer ejercicio y en general hábitos de vida saludables. No obstante, hay algunas que están motivadas y sobre todo es por el ambiente familiar que les ha inculcado esa forma de vida más saludable. Aunque son casos raros.

Aproximadamente la mitad de los pacientes con diabetes tipo 2 que acude a las consultas de primaria son mujeres. Suelen tener una edad de 62 años, el 92% son diabéticos tipo 2 y sólo el 7% diabéticos tipo 1. La edad del diagnóstico es a los 48 años en varones y 35 años en las mujeres. Otras situaciones especiales que registro en la consulta, como la diabetes asociada con el embarazo, afecta a entre el 5 y el 7% de todas las gestaciones.

Casi todas las mujeres con diabetes tienen un perfil sedentario, con gran obesidad consecuencia de hábitos de vida inadecuados. A eso hay que añadir a falta de estímulos para hacer ejercicio y el poco tiempo para realizarlo. Además, la alimentación incluye una excesiva carga calórica, con alto contenido de bollería y productos procesados, y poca fruta y verdura.

Así, la diabetes tipo 2 se da en la mujer mayoritariamente en la edad reproductiva, entre los 18 y 45 años. Puede aparecer diabetes gestacional que tiene tendencia a repetirse en embarazos sucesivos y de esta forma predisponer a padecer en el futuro diabetes tipo 2. Por eso, a partir de los 45 años hay mayor riesgo para el comienzo de enfermedades crónicas. En muchos casos, se suelen diagnosticar con la llegada de la menopausia, ya que desaparece el efecto protector de los estrógenos.

En líneas generales, la mujer no suele aceptar muy bien la enfermedad, pero se suelen implicar bastante, son muy conscientes de su enfermedad y suelen ser buenas cumplidoras. Parte de las pacientes aceptan su enfermedad con resignación, pero muchas de ellas reconocen peor y más tarde sus síntomas. Presentan más factores de riesgo cardiovasculares y peor control metabólico, con peor esperanza de vida frente a los diabéticos varones.

La diabetes, al ser una enfermedad indolente durante mucho tiempo, precisa de un importante esfuerzo de comunicación con el paciente, para proporcionarle información y formación sanitaria. Con frecuencia, el médico no dispone de mucho tiempo ni recursos para dicho esfuerzo. Por suerte, existen cada vez más y mejor preparadas consultas en AP, hospital y asistencia al alta, de enfermería experta, que hacen una labor indispensable en educación sanitaria, con el de control de FRCV, hábitos saludables, explicación de patologías prevalentes, control de medicación y promoción de autocuidados.

Las diabéticas quieren saber de su enfermedad y hacerlo bien. Normalmente no saben o no han podido dedicarse a comer mejor o hacer ejercicio o a perder peso. Por eso, agradecen orientación y motivación, y con frecuencia son disciplinadas.

Hay que tener en cuenta los cambios en el nivel de azúcar en sangre. Los estrógenos y la progesterona afectan a la manera en que las células responden a la insulina. Después de la menopausia, los cambios en los niveles hormonales pueden desencadenar modificaciones en el nivel de azúcar en sangre. Si los niveles de azúcar en sangre se descontrolan, puede haber un riesgo más alto de tener complicaciones relacionadas con la diabetes. Algunas mujeres aumentan de peso durante la transición menopáusica y después de la menopausia. Esto puede aumentar la necesidad de usar insulina o de tomar medicamentos orales para la diabetes.

Incluso antes de la menopausia, los niveles altos de azúcar en sangre pueden contribuir a infecciones vaginales y de las vías urinarias. Después de la menopausia, la disminución en los niveles de estrógeno facilita que las bacterias y las levaduras proliferen en las vías urinarias y en la vagina, lo que hace que el riesgo sea aún mayor. Los problemas de sueño también pueden interferir en los niveles de glucosa en sangre.

El estilo de vida saludable, también y especialmente en la mujer diabética, reduce le necesidad de aumentar polifarmacia, de insulinoterapia, y posibilidad de hipoglucemias y de complicaciones micro/macro vasculares, lo que  influye en el gasto sanitario. Si una paciente diabética puede controlarse con uno o dos antidiabéticos orales en combinación y un correcto control de hábitos de vida, es un éxito sanitario.

El entorno familiar es la base primordial para que se tenga un detonante más acelerado de estos cambios. Partiendo de la educación se consiguen grandes avances. Hoy en día, los centros sanitarios están más concienciados de esta labor educacional y se generan proyectos. Y gracias a ellos se ven mejores resultados en la población que hace unos años.

Fuente: El médico interactivo

Recomiendan la detección de hígado graso en personas con diabetes tipo 2 para evitar enfermedades secundarias relacionadas.

Publicado por on 16:24 en Noticias | 0 comments

Recomiendan la detección de hígado graso en personas con diabetes tipo 2 para evitar enfermedades secundarias relacionadas.

El hígado graso no alcohólico es una enfermedad compleja y heterogénea que puede conducir a diversas complicaciones, como daño hepático severo, diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular. «Para evitar estas enfermedades secundarias, el hígado graso debe ser diagnosticado a tiempo, y el riesgo respectivo para las enfermedades del hígado, el corazón y otros órganos debe ser evaluado con precisión. Luego se puede desarrollar una prevención y tratamiento personalizados», señala el primer autor, Norbert Stefan.

Una revisión sistemática internacional ha propuesto el uso de nuevos enfoques diagnósticos terapéuticos para permitir un pronóstico de riesgo específico para posibles enfermedades secundarias relacionadas con el hígado graso no alcohólico, recomendando poner especial atención en personas que sufren diabetes tipo 2.

Por otra parte, recuerdan que los pacientes sufren de hígado graso también pueden lograr efectos positivos con un saludable estilo de vida. Por ejemplo, una reducción de aproximadamente cinco por ciento en peso puede reducir el contenido de grasa en el hígado hasta en un 30 por ciento, avanzan. Sin embargo, para reducir el riesgo de inflamación y fibrosis hepática, «se requiere una pérdida de peso de alrededor del diez por ciento».

Hasta la fecha, no se ha aprobado ningún medicamento. Sin embargo, bajo ciertas condiciones, como diabetes e hígado graso u obesidad e hígado graso, se pueden usar medicamentos específicos que tienen diferentes efectos sobre el contenido de grasa hepática, la inflamación y la fibrosis».

Las investigaciones recientes sugieren que el hígado graso no alcohólico de origen genético se asocia con un mayor riesgo de fibrosis hepática y cáncer de hígado.  Los autores de la revisión creen que, en el futuro, la aplicación de estos conceptos permitirá un pronóstico de riesgo personalizado y un tratamiento individualizado de hígado graso no alcohólico. Además, revelan que los investigadores podrán desarrollar específicamente programas de modificación del estilo de vida y medicamentos para los respectivos subtipos en función de los diversos aspectos de esta enfermedad.

Fuente:  redacción médica